...Probablemente jamás entendería el apego gigantesco
que sostenía impreso sobre mi piel y mis sienes un recuerdo,
una imagen, una sonrisa, una sensasión que alguna vez viví
y que se negaba a desaparecer como humo vano que se lleva el viento...
Probablemente jamás cesaría de sentir lo que sentía?...
Esa idea me asustaba, me condenaba
y yo no quería ser prisionera, ya no más...
Yo quería de verdad volar lejos y ser amada,
saber que podía reir tranquila mientras mi amor habitaba
un corazón que era sólo mío,
que era dueño de mi amor y de mis ojos
y de todos los sabores y sin sabores de mi piel...
Yo quería un amor verdadero,
intenso, apegado y libre al mismo tiempo,
que pudiera volar, viajar, ser, sentir
sin nunca dejar de ser mío
y sin nunca dejar de pertenecer a él,
que nunca perdiera su libertad
y sin embargo nunca pudiera yo perderle...
Una pasión que nunca terminase,
un lugar donde nunca más tuviera
que experimentar una partida,
una duda,
ni otra conclusión
que no fuera amor, amor, amor...
viernes, 11 de enero de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)